El predominio
industrial del Modernismo Occidental se debe al Racionalismo (a partir de Descartes), al desarrollo de las ciencias naturales, la herencia
filosófica del Siglo de las Luces (Hegel y Comte), el reformismo luterano y el
individualismo.
La destrucción ecológica y social que las corporaciones están ocasionando significa la
devastación económica y social de los pueblos.
Según el filósofo finlandés Tere Vadén sin esta ofrenda
única ninguno de estos cambios culturales se hubieran podido producir.
Desde
hace algún tiempo se ha venido afirmando que el PROGRESO no puede avanzar indefinidamente porque hay límites ambientales y psicobiológicos
que finalmente afectarán negativamente su desarrollo.
La porfiada
realidad, sin embargo, pareciera mostrar que los problemas ecológicos,
la polución, el cambio climático y las crisis económicas, financieras
y morales no tienen límites.
Mientras ocurran lentamente las condiciones no se
verán tan negativas y pareciera que siempre se encontra la forma
para acomodarnos a ellas. Las dificultades pueden aumentar, las
circunstancias pueden empeorar y siempre estamos dispuestos a
aguantarlas…
¿Es posible encontrar en el PROGRESO un límite negativo
que lo transforme en una realidad intolerable? Hasta el momento
pareciera que no. El punto cero de las condiciones psicosociales pueden
alcanzarse sin provocar una rebelión masiva o un quiebre del sistema. Su
límite, por tanto, debe buscarse en otro lado. Para descubrir la
debilidad del sistema, dice Vaden, debemos concentrarnos en lo que en él
es particular y concreto, en los pre-requisitos materiales que lo
sostienen.
El PROGRESISMO, que se basa en el principio del crecimiento económico
permanente, necesita para ello un suministro permanente de materias
primas y combustible. Uno de los mejores indicadores del comienzo del actual PROGRESISMO es el largo periodo de crecimiento económico, productivo y
demográfico que empieza aproximadamente en 1.820.
Este magno movimiento de gentes, productos y negocios requiere fundamentalmente de energía.
La era de la energía
fosilizada barata que alimenta la maquina es inseparable del crecimiento
económico y es, justamente, esta mutua dependencia el punto sucio del PROGRESISMO.
El
cambio de la economía del carbón a la del petróleo aceleró
monstruosamente la metamorfosis del PROGRESISMO. Sólo que el petróleo
es un elemento natural no renovable que, inevitablemente, disminuirá
hasta su extinción a medida que es usado. ¿Qué pasara cuando el petróleo
barato y fácil de extraer en grandes cantidades empiece a desaparecer?
Probablemente siempre habrá petróleo disponible en algún lugar y a un
precio accesible ¿En qué momento este precio empezará a afectarnos socialmente?
Los teóricos
marxistas se describen a sí mismos como materialistas que ponen su
atención al nivel de las formas y condiciones concretas de producción.
La energía fosilizada, sin embargo, ha tenido bien poca discusión en sus
escritos a excepción de algunos líderes políticos como Fidel Castro que
en su biografía observa que “Marx pensó que el límite del desarrollo del PROGRESO se encuentra en el sistema social, no en los recursos
naturales, como hoy sabemos”.
La producción puede aumentarse trabajando más o haciendo el mismo
trabajo más eficientemente a través de la división del trabajo, la
especialización, la tecnología, la automatización y el poder de la
energía. De todos ellos, centrales en el desarrollo del PROGRESO,
algunos son arbitrarios y otros necesarios. Entre estos últimos la
energía fosilizada es un factor clave. En la década de los 50s el
geólogo M. King Hubbert predijo que la producción de petróleo en Estados
Unidos alcanzaría su punto máximo en los años 70s.
Debido a que el
cálculo y disponibilidad de petróleo es bien difícil de determinar
porque los países y las compañías que lo producen, por alguna razón, lo
distorsionan o mantienen en secreto, Hubbert tuvo que buscar otras
formas de investigación menos tradicionales con las que predijo que el
máximo de la producción mundial ocurriría entre los 80s y los 90s.
Posteriormente, su metodología se ha hecho mucho más precisa, pero su
evaluación inicial no ha cambiado fundamentalmente. El descubrimiento de
nuevas reservas ha disminuido en las últimas décadas y muchas de las
naciones productoras de petróleo ya han alcanzado su límite máximo. El
Reino Unido durante los años 70 y 80, por ejemplo, se transformó en un
importante proveedor después del descubrimiento de petróleo en el Mar
del Norte. Pero, después de 1999, una vez alcanzado su punto máximo se
convirtió en un país importador en los comienzos de esta centuria.
G. W. Bush, casi al final de su administración, declaró que los
norteamericanos eran adictos al petróleo… ¿no sería más adecuado decir
que toda la industrialización PROGRESISTA contemporánea, no sólo es
adicta al petróleo, sino que no puede sobrevivir sin él?
Aparte de ser
la fuente primaria de energía, que no es poca cosa, se ha descubierto
últimamente que es posible hacer casi cualquier cosa con él (micrófonos,
medicinas, bolsas, computadoras, platos, fertilizantes, articulaciones
artificiales, pisos, etc.). En un año el mundo usa aproximadamente una . 85 millones de barriles por día. Esta es una
tremenda cantidad de energía al servicio de la producción y, por mucho
que se repita la retórica de la energía alternativa, va a ser bien
difícil reemplazarlo. Lo más cercano sería la energía nuclear. Pero,
para obtener la misma cantidad se necesitarían 50 plantas nucleares
operando continuamente por 50 años. O, dicho de otra manera, 2500
plantas nucleares operando continuamente por un año ¿Poseemos suficiente
acero, concreto, uranio, tiempo o dinero para su construcción? Esta es
la maravilla cósmica del petróleo… 1,609344 Kms. cúbicos no es una cantidad
imposible, pero la cantidad de energía que crea es increíble. Sólo el
sol produce mayor energía. Por eso, después de todo, el petróleo es Sol
preservado. Se estima que el consumo de energía del mundo en el 2.005 fue
de 15 terawatts.
Aproximadamente
13 terawatts fueron producidos por energía fosilizada. Si consideramos,
además de lo dicho, la relación entre la energía que se invierte y la
energía que se obtiene necesitamos, según los cálculos más optimistas,
invertir un barril de petróleo para obtener 100 barriles del mismo
producto. El petróleo que primero se usa es, obviamente, el que se
descubre con mayor facilidad. Pero, de estos ya no quedan. El petróleo
ya no irrumpe a través de la tierra como por milagro. Los nuevos
depósitos se encuentran en lugares mucho mas difíciles de alcanzar, con
petróleo crudo de calidad inferior y a medida que se hace más difícil su
extracción la relación entre lo que se invierte y lo que se obtiene
empieza a variar y hoy esta bien lejos de los 100 barriles. Con suerte,
bajó a 50 y, en algunos casos, bajó a 20. No otra fuente de energía se
acerca al promedio de los mejores depósitos de petróleo, a excepción del
carbón. No hay planta nuclear que no haya sido construida y mantenida
con una considerable cantidad de energía fosilizada y lo mismo se puede
decir de las fuentes alternativas. Cada una de ellas produce energía con
un promedio mucho más bajo.
Es difícil saber con exactitud cuánto ha disminuido la extracción de
petróleo hoy día, pero si se puede decir que no se puede comparar con la
del 2.005. Como observa Vaden, la época del petróleo barato - U$D 20 el barril- es cosa del pasado y sin petróleo barato el sostenimiento
indefinido del crecimiento industrial y económico se hace bien dudoso.
En 1.980 el consumo de energía per capita en Estados Unidos dejó de
crecer. El consumo de energía dejó de funcionar como motor de
crecimiento económico y ahora su crecimiento depende de la deuda
externa. El fin de la era del exceso de energía y el comienzo de la
crisis financiera no es una mera coincidencia. En medio de ella el
brillo del oro negro se hace cada vez más tenue. Por primera vez desde
la 2° Guerra Mundial la producción global está disminuyendo y el
número de kilómetros que los autos viajan está decreciendo, a pesar de
que hay más vehículos en circulación.
Una
parte importante de la especialización y tecnologización del PROGRESISMO
ha sido causada y luego mantenida por el petróleo barato. Sin su flujo
las posibilidades de una economía de crecimiento continuo se evaporan.
Cuando hablamos de energías alternativas como salvación, en realidad
estamos hablando de ciencias y tecnologías bastante viejas y sumamente
caras. Las primeras versiones de paneles solares se dieron, por ejemplo,
al final de 1.800 y el poder nuclear en la década de los 40. Sin un
milagro tecnológico el crecimiento económico será local y de corta
duración. Según algunas estimaciones generales los depósitos de petróleo
más grandes se empezaron a formar cerca de 400.000.000.000 de años atrás.
El homo sapiens tiene 50.000 mil años. El primer pozo de petróleo fue
construido en Pennsylvania en 1.859. El economista danés Bernard Gillard
dice que “es muy probable que la existencia de la sociedad industrial de
consumo sea un corto intermedio histórico, hecho posible por una
bonanza mineralógica… pero, esto no constituye razón para su
desmantelamiento ¿Por qué no continuar la carrera de producción y
consumo mientras ella dure?” Y las clases dirigentes, en ausencia de una
poderosa oposición masiva, parecieran responder… ¿Y por qué no?…
¿Porque no nos gastamos los recursos de la Tierra en una sola explosión
de consumo glorioso?
Racionalmente… ¿Que podríamos decir o, mejor, como podríamos imaginar
una sociedad futura después que el PROGRESISMO, tal como lo conocemos,
ya no sea posible?
|Bibliografía: Nieves y Miro Fuenzalida, profesores de filosofía, Ottawa, ON
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